Hola pequeña,
Hoy te escribo esta carta desde lo mas profundo de mi interior, desde el lugar en el que tú y yo nos encontramos para abrazarnos. Te escribo con el peso de los años y con el recuerdo de todo el camino que ya hemos andado. Te escribo con compasión, pues sé lo mucho que has sufrido, y quiero que sepas que todavía dejan huella en mí las heridas que sufriste. Te escribo en especial para decirte que no estás sola, que yo estoy contigo, que ya puedo secarte las lágrimas y acurrucarte en mis brazos. No temas, confía en mí. Hoy quiero recordarte que siempre estaré aquí, que ya te he visto y que siento muchísimo no haberme dado cuenta antes de lo mucho que necesitabas mi ayuda para seguir adelante.
No quiero mentirte, la vida no nos lo va a poner fácil, pero puedo prometerte que nos enfrentaremos a cualquier obstáculo de la mano a partir de ahora. Cuando sientas miedo, prometo protegerte; cuando te sientas insegura, te recordaré lo capaz que eres; y cuando te sientas triste, seré el hombro sobre el que puedas llorar todo lo que lleves dentro. La vida nos regalará personas y momentos maravillosos, pero también nos lo quitará y justo ahí aprenderás que madurar es aprender a despedirse.
Eres única y especial, estás llena de inocencia y de luz y te prometo que voy a hacerte brillar. Conozco todos tus sueños y deseos, y voy a luchar para que se cumplan cuando mas te convenga, pues si algo he aprendido es que todo tiene su tiempo. Vas a querer mucho, te van a romper el corazón y probablemente tú también rompas alguno, pero voy a aprender a perdonarnos y a perdonar, que es la forma mas sana que existe de sanar.
Eres fuerte, valiente y amada; nunca dejes que nadie te haga creer lo contrario y nunca te conformes con menos de lo que Dios tiene preparado para ti que, te adelanto, son cosas grandes.
Por último quiero agradecerte que sigas aquí, luchando por nosotras y pidiendo ayuda. Sé que no es fácil para ti, que no entiendes nada y que te sientes perdida, pero déjame decirte que un día lo veremos todo claro y ese día lo entenderemos todo. Estás hecha para cosas grandes; créetelo, disfrútalo y compártelo. Estás rodeada de gente que te quiere y cuando lo dudes, recuerda que Alguien derramó toda su sangre por ti y que tú vales cada una de esas gotas. No busques fuera lo que ya está en ti. Tienes todo lo que necesitas para ser feliz, no nos sobra ni nos falta nada, pero eso te lo irá enseñando el tiempo que es mucho mejor maestro que yo.
Gracias por esperarme, ya estoy aquí para cuidarte.
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